Aprender te pone frente a lo desconocido

Cuando te enfrentas a lo desconocido juegas con negras.

viernes, 24 de diciembre de 2010

Una válvula desconocida para los audiófilos.

Durante la guerra fría, a principios de los cincuentas, el gobierno de Estados Unidos de América consideró que era necesario contar con un sistema de misiles capaces de neutralizar el ataque de bombarderos nucleares enemigos. Ya en 1948 estaban trabajando en ello, basados en proyectos alemanes que no llegaron a cumplir funciones en la Segunda Guerra Mundial. Como resultado surgió un misil denominado Nike-Ajax. Nike era el dios de la victoria para los griegos.

Un segundo modelo, mejorado, apareció hacia 1954: el sistema MIM-14 Nike-Hercules, primeramente conocido como SAM-A-25 (Surface-to-Air-Missile; o también GTAM: ground-to-air). Este monstruito tenía un radio de acción de 140 km, llegaba a una altura de 46.000 metros y desarrollaba una velocidad superior a Mach 3,65 (4.470 km/h). Algunos de ellos estaban equipados con cabezas de explosivos convencionales y metralla. La idea era apuntar hacia las formaciones de bombarderos y derribarlos antes de que llegaran a destino. A un (¿0 unos?) etílico incurable se le ocurrió la peregrina idea de dotarlos de cabezas nucleares. Claro, una detonación nuclear en las proximidades de una formación de bombarderos aseguraría la destruccíón de todos los aviones, pero también de lo que hubiera debajo. Una explosión a 30 ó 40 km de altura esparciría material radiactivo en una zona muy amplia. Tardaría algunos meses en matar todo lo que hubiera en la zona de deposición. Baterías de estos misiles fueron emplazadas en Alaska y en Miami. En 1959 comenzaron a ser colocados en Europa.

Aunque parezca mentira, se proveyeron, primero, cabezas desde 2,5 kilotones a 28 kilotones; y luego en versiones de 2 y 30 kilotones. Por supuesto, ninguna de estas baterías podía depositar material radiactivo sobre territorio estadounidense.

Todo este sistema era guiado por un complejo grupo de radares situado en tierra. No eran fácilmente transportables y su instalación llevaba algunos días. Aunque fueron también calificados para interceptar a otros misiles, en poco tiempo se vio que eran inútiles. Las primeras baterías se desactivaron en 1974 y las últimas en 1988.

El proyecto y fabricación de estos aparatos estuvo liderado por las empresas Western Electric, Bell Laboratories y Douglas Aircraft Company. En la siguiente imagen de dominio público se ve uno de estos misiles.



Ahora, ¿qué hace todo esto en un blog de audio amplificadores? Bien, los primeros misiles Nike-Hércules tenían en su interior un amplificador operacional a válvulas. Más tarde se cambió la electrónica a estado sólido, como sucedió en Japón y en España que, según creo, todavía hoy tiene una batería en las proximidades de Gibraltar, con explosivos convencionales.

La imagen que sigue es la primera (y espero la única) con derechos de propiedad intelectual ajenos. La subo con el propósito de suministrar una ilustración y conocimiento. No creo estar causando ningún perjuicio a nadie, pues hoy hay amplificadores operacionales de estado sólido muy superiores y fundamentalmente pequeños y baratos. Habría que estar muy poco sano mentalmente para intentar hacer hoy algo tan costoso y voluminoso. Además, no tiene uso comercial conocido en estos años y desde hace bastante tiempo. He aquí el operacional:



En las entradas de este circuito vemos a la válvula en cuestión: la 5755. Este doble tríodo fue construido con las más estrictas especificaciones que puedan imaginarse: una extraordinaria similitud entre ambas unidades, muy baja deriva térmica, y bajísimo microfonismo. No creo que haya otra válvula similar en cuanto a esto en el mundo (a no ser del otro lado de la cortina). Puede trabajar con 310 V en placas, tiene un coeficiente de amplificación de 70 y una transconductancia de 500 umhos. Montaje: en cualquier posición.

Entre las pruebas que debía soportar, se tomaban unas muestras al azar de un lote. Estas muestras eran puestas en funcionamiento en un circuito operativo durante 150 horas. Luego se las sometía a una brusca aceleración de entre 400 y 600 gravedades en cualquiera de seis direcciones, durante un milisegundo. Después de la sacudida, por ejemplo, la variación de tensión de placa debía ser inferior a 2 mV. Si cualquiera de estas tres pruebas daba un resultado superior a lo especificado en una sola muestra, todo el lote era descartado.

Nunca tuve una en mis manos ni sé de nadie que las haya usado. Estaban especificadas para amplificadores de corriente continua, fuentes reguladas y otros usos de alta precisión. Su extraordinaria simetría se me ocurre que sería muy útil en una entrada diferencial o hasta en un inversor de fase. La propongo como una curiosidad que vale la pena experimentar, si se tiene acceso a algún ejemplar.

Por último un diagrama de conexiones y aspecto físico, proveniente del manual de Raytheon.

No hay comentarios:

Publicar un comentario